A la hora de hablar de los ejemplos de derecho a la intimidad hay que tener en cuenta en qué consiste y cómo se regula. El Derecho a la Intimidad consiste en garantizar el libre desarrollo de la vida privada individual de cada persona, estando pensada para disfrutar en un ámbito propio y reservado para desarrollar una vida personal libre, sin que se pueden entrometer terceros.
El derecho a la intimidad viene debidamente reflejado en la Constitución Española, de los derechos fundamentales y de las libertades públicas, así como en la protección civil del derecho al horno, la intimidad personal y familiar y a la propia imagen.
La propia ley establece que el derecho a la intimidad personal y familiar es un poder para poder resguardar el ámbito privado de un individuo para él mismo y para su familia de una publicidad que no desea, así como para poder decidir el gozar de una vida privada e impedir las injerencias de los demás sobre esa parcela que es ajena a la sociedad.
Con respecto al derecho a la intimidad hay que tener en cuenta que hay excepciones en aquellos casos en los que prevalezca un interés histórico, científico o cultural, ni tampoco cuando se trate de intromisiones por parte de las autoridades que previa autorización judicial podrán realizar escuchas telefónicas a terceras personas que son sospechas de la comisión de un delito, sin ser consideradas estas como ilegítimas.
¿Qué es el derecho a la intimidad?
El derecho a la intimidad es posible definirse como el derecho a disfrutar de un ámbito reservado y propio para el desarrollo de una vida persona y familiar libre y plena, excluyéndose del conocimiento y la posible intromisión de terceras personas.
Los ejemplos de derecho a la intimidad se pueden encontrar con frecuencia en nuestro día a día, y podemos indicar que se traduce en estos aspectos:
- El domicilio es inviolable, de manera que un tercero no tendrá acceso a él salvo que haya autorización del titular del mismo o por resolución judicial, salvo que se produzca un caso de flagrante delito.
- Se garantiza el derecho al horno y a la propia imagen, así como a la intimidad personal y familiar, que no pueden ser atentados por otra persona.
- Se garantiza el secreto de las comunicaciones, que no pueden ser interceptadas por nadie, y en especial de las postales, telegráficas y telefónicas, salvo que haya resolución judicial.
- La ley limita el uso de medios informáticos para poder garantizar el honor y la intimidad personal y familiar de los ciudadanos y el pleno ejercicio de sus derechos.
En este sentido es importante indicar que toda persona física tiene derecho a disfrutar de su intimidad, algo que no sucede en el caso de las personas jurídicas, que solo pueden disfrutar del derecho al horno y al domicilio.
Ámbitos del derecho a la intimidad
Cuando hablamos de ejemplos de derecho a la intimidad, debemos tener en cuenta los diferentes ámbitos en los que este derecho se desarrolla, pudiendo encontrarnos ante dos ámbitos principales relacionados con su definición, como son los siguientes:
Evitar a terceros en el ámbito privado
Por un lado, hay que tener en cuenta que se trata de facultades negativas porque los ataques a la intimidad son ataques que mantienen intactos determinados ámbitos de la privacidad de una persona. Se debe reconocer este espacio de libertad sin que haya presencia de terceros para poder desarrollar de una manera libre la personalidad.
Por este motivo, el Código Penal se encarga de reconocer la capacidad que tiene el ser humano para poder rechazar las diferentes intromisiones que tengan lugar en este ámbito que está restringido.
Protección frente a terceros
El desarrollo del derecho a la intimidad y las nuevas tecnologías ha creado un nuevo ámbito en el que el sujeto debe tener facultades positivas en el momento de su actuación. El ordenamiento jurídico se encarga de ejercer un control sobre los datos que puedan suponer que afecte a una persona. Este es el derecho a solicitar permiso para poder hacer uso de la información personal. La inmediata consecuencia primera de este control de información se castiga a través de sanciones penales.
Castigo de un atentado contra el derecho a la intimidad
Los delitos contra la intimidad se encuentran debidamente regulados en el Código Penal, donde se establece que aquel que, para descubrir los secretos o vulnerar la intimidad de otra persona, sin su consentimiento, se apodere de sus cartas, papeles, mensajes de correo electrónico u otros documentos o efectos personales, se encargue de interceptar sus telecomunicaciones o utilizar artificios técnicos de transmisión, grabación, escucha o reproducción de sonido o imagen, o de cualquier otra señal de comunicación, recibirá un castigo de pena de prisión de uno a cuatro años, y multa de 12 a 24 meses.